miércoles, 6 de julio de 2011

Abigor. Narracion de Memo Milano

Los pasos se oían hasta las mazmorras, la ansiedad empezaban a molestar a Abigor,
-Si no fuera un poderoso hechicero lo hubiera matado hace tiempo-
Pensaba mientras bebía la sangre de su ultimo oponente,
El sonido escalonado de los pasos por fin se detenía, un cadavérico ser apareció,
-Las concentraciones de poder se perciben en el aire, suficiente energía para inclinar la balanza mi señor-  
hablo Mhorkar con una chillante pero convencida voz.
Abigor se levanto de su trono, su figura imponente se dirigió hacia la puerta ignorando por completo al hechicero,
 salió de la habitación blandiendo su infernal arma, lanzando un grito descomunal para reunir a sus tropas.
La inexpugnable fortaleza yacía a sus espaldas, desde lo alto de las montañas veía con orgullo sus dominios,
detrás de él, hordas de guerreros listos para marchar y derramar sangre.
 Todos saben que Abigor no le teme a nada, su única debilidad es la sed de poder.
 Los dioses han bendecido al elegido, la gran batalla ha comenzado….

Epilogo Demonios campaña anterior

Nadie ha visto jamás el rostro de Abigor, muchos creen que no es un simple mortal,
la armadura de negro metal demoniaco que lleva jamás ha sido tocada por un enemigo,
y su poder esta mas allá de la comprensión humana, quien más si no el,
podría tener como segundo al mando a Damatar un poderoso príncipe demonio. 
 –Quiero que vigiles a Mhorkar, Damatar, y si me traiciona quiero que lo mates-
El imponente Príncipe lanzo un grito ensordecedor y emprendió el vuelo obedeciendo las ordenes de Abigor.

Las sospechas de Abigor no podían estar mas cerca de la realidad,
la mente del gran  hechicero Mhorgar planeaba desde hace tiempo, derrocar a su poderoso líder,
desde milenios atrás no había maestro de la magia más poderoso que él.
El gran hechicero creía que iba a ser el elegido de los dioses, pero para su desgracia esto no fue asi,
cuando Abigor subió al trono, el mago sintió tanta rabia, que estuvo a punto de enfrentarlo,
pero un susurro de su dios lo detuvo prometiéndole poder si tenía paciencia.
Mientras Abigor emprendía su campaña, Mhorgar se dirigió al oeste,
le había ocultado al poderoso señor del caos que cerca del valle de Irade,
había una grieta de disformidad tan poderosa como para invocar una hueste completa de demonios,
el hechicero fue conducido por murmullos de otra dimensión, era la oportunidad que estaba esperando,
su ambición no tenia limites.
 Al llegar al antiguo paso percibió una energía fuera de lo normal, sin duda era ahí donde debía realizar el ritual,
los preparativos duraron días, el libro negro de magia que poseía, contenía un hechizo prohibido,
que no solo podía mandar a los enemigos hacia un vórtice infernal, también podía invocar hacia el mundo real cosas inimaginables.
Cuando las palabras malditas terminaron de ser pronunciadas, la realidad empezó a distorsionarse,
una fortaleza aun más terrorífica que el castillo de la muerte empezó a ser visible,
a lo lejos, gritos, obscuridad y terror llenaron el gélido viento del norte.
Riendo con una desquiciada carcajada Mhorgar voló en su montura hacia su nuevo hogar, hacia sus nuevos súbditos,
el caos mismo estaría a sus pies.
Cuando llego a la fortaleza se sintió poderoso casi invencible, miles de demonios estaban a su alrededor,
era muchos tipos de creaturas que fueron materializadas de las pesadillas de los hombres, todo parecía ir bien…........
hasta que el susurro que lo había guiado con anterioridad pronuncio unas desgarradoras palabras,
ya no como un susurro, sino como toda una realidad.
de la nada y delante de Mhorgar un gigantesco, asqueroso e indescriptible ser se materializo,
Abaddon la gran inmundicia exclamo
Este mundo morirá, pues la realidad está enferma y yo la curare con mi enfermedad hghaaghgaggha-
 Mhorgar comprendió que había sido solo una marioneta infernal de los dioses y que si salía vivo de ahí, tendría mucho que explicar….


Tiempos actuales……

-...............Maldito Mhorkar, como se atrevio a traicionarme-
Sentado en su trono, Abigor maldecía a los dioses por darle la espalda, por un lado le daban poderes más grandes que a cualquier mortal y por el otro mandaban
a las huestes demoniacas a cargarlo por el flanco y detener su avanzada, la furia y la desesperación se apoderaban de él, la campaña que inicio años atrás había traído graves consecuencias,
Su reino había crecido, pero no con la velocidad ni el caos que hubiese querido, además. se perdieron recursos, grandes paladines y cosas menos importantes como hordas de barbaros y trols.
Y aunque había logrado grandes victorias, no fueron suficientes los cientos de cuerpos de elfos retorciéndose entre sangre y destrucción, tampoco fue suficiente llevar a los enanos casi a la extinción ni aplastar por completo pueblos llenos de débiles humanos del sur, Abigor lo quería todo y parecía que los dioses lo habían abandonado.  
De repente la habitación se obscureció, el poco sol que entraba en la ventana había desaparecido y dentro de la obscuridad solo se apreciaban ojos rojos y el particular olor a sangre y azufre que lo distinguía
Damatar había llegado de su última batalla, su batallón se había distinguido como era de esperarse y en los últimos años su poder  crecio gracias al ojo de los dioses que lo había bendecido.  Abigor no confiaba en nadie pero si lo hiciera, seguramente Damatar estaría en los primeros lugares.

-Mi señor, le traigo noticias de las tierras mas allá de los valles de haramir- expreso una voz grave, segura y (sin duda) demoniaca - Tenemos indicios que Mhorkar sobrevivió y se ha aliado con los demonios de Abaddon se dice que los dioses están de su lado.  Permitame ir y personalmente desgarrare sus entrañas para usted. 
Abigor entendió por fin que los dioses no lo traicionaron, querían probar su determinación, su sed de sangre y ofrecerle adversarios dignos de ser sacrificados para ellos. Una nueva campaña se avecina y cuidado si alguna raza se pone en su camino, porque el caos tendrá nuevo rey...

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